lunes, 13 de julio de 2009

"¡Últimas noticias!" de Teófilo Huerta vs. "Las intermitencias de la muerte" de José Saramago


Nombre y fecha de creación obra original: ¡Últimas noticias!, 1983
Editorial y fecha de publicación obra original: Quetzalcóatl, 1987
Entrega de obra engargolada a Alfaguara para dictamen: 1997
Nombre, editorial y fecha de publicación obra plagiaria: Las intermitencias de la muerte, Alfaguara, 2005
Modus operandi: Aprovechamiento de obra recibida para dictamen



El escritor portugués y premio Nobel de Literatura José Saramago ha abusado tras de que la novela Las intermitencias de la muerte es una derivación sin el debido consentimiento de mi cuento ¡Últimas noticias! dentro del compendio La segunda muerte y otros cuentos de fúnebre y amorosa hechura registrado en 1986 ante el hoy Instituto Nacional del Derecho de Autor en México.

¡Últimas noticias! fue escrito en 1983 para el Primer Concurso de Cuento de Ciencia Ficción convocado por la representación del CONACYT Puebla (1984), sin que allí obtuviera premio o mención alguna. Posteriormente, registré mi obra de cuentos, incluido aquél, ante la entonces Dirección General del Derecho de Autor hoy INDAUTOR, bajo el título La segunda muerte y otros cuentos de fúnebre y amorosa hechura. El número de registro otorgado fue el 8369/86.

También publiqué mi obra bajo el mismo nombre en una edición limitada en 1987 por Editorial Quetzalcóatl.

Posteriormente participé en 1997 en el concurso Cuento triste convocado por el diario Reforma y Editorial Alfaguara, con el relato La mujer rojinegra y obtuve por el mismo una mención honorífica. Fue allí que entré en contacto con Grupo Santillana-Alfaguara en México y entregué mi pequeña obra sin ningún acuse de recibido en la puerta de la editorial. El sobre estaba dirigido a Laura Lara cuando en ese entonces Sealtiel Alatriste era el director de la editorial y quien a la postre estuvo físicamente muy cerca del portugués radicado en España cuando fue cónsul de México en Barcelona e íntimamente ligado a él en sucesivas presentaciones literarias. Hoy el sospechoso intermediario (o escritor fantasma del Nobel) se desempeña como Coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El 26 de mayo de 2006 comparecí ante la Dirección Jurídica del Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR) en relación a la junta de avenencia promovida para dirimir la derivación de la novela. Por la contraparte no asistió persona alguna que representara legalmente al señor José Saramago, toda vez que no ocurrió la notificación porque el domicilio particular de éste no coincide con el de Editorial Santillana al que se dirigió el citatorio. Se levantó un Acta de la comparecencia y se archivó el procedimiento administrativo.

A pesar del escenario en que una lucha legal implicaría más de cinco años para demostrar la verdad de mis dichos y otros cuatro años para resarcir los daños inherentes, y también ante las actuales circunstancias de no poder contar hasta ahora con un peritaje literario serio, además obviamente a las limitaciones presupuestarias para la titánica lucha, no agoto aún los cauces jurídicos y mantengo mi convicción sobre los hechos.

No por sorpresivo el hecho deja de tener veracidad. Mi intención no es el escándalo, el protagonismo, la fama o el dinero. Simplemente elemental justicia.

José Saramago podrá escudarse en argucias como el cliché, la inter e hipertextualidad, aducir mera inspiración, coincidencia o influencia y sostener que las ideas son universales y esas no se protegen, no obstante el hecho es que la creación es un acto único e individual y basarse en la de otro finalmente constituye un hurto. La novela de Saramago es una obra derivada pero que no puede ser explotada sin la autorización del titular del derecho de la obra primigenia, de acuerdo con el Artículo 78 de la Ley Federal del Derecho de Autor.

Hay un evidente parafraseo en situaciones particulares; una coherencia textual (pasajes paralelos); las construcciones sintácticas son similares; el modo de narración es satírico en ambas obras; no hay coincidencias fortuitas ni clichés, sino una clara concordancia de ideas.

Ver comparativo de obras en blog Saramago, plagiario

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